Para todas las empresas, sin importar su tamaño o sus equipos informáticos, la información contenida en ellos representa uno de los activos más valiosos.
Muchas empresas tienen implantadas una serie de políticas de Seguridad tendentes a garantizar la continuidad de su negocio en el caso de que se produzcan incidencias, fallos, actuaciones malintencionadas por parte de terceros, pérdidas accidentales o desastres que afecten a los datos e informaciones que son almacenados y tratados, ya sea a través de sistemas informáticos como en otro tipo de soportes, como el papel.
Aunque las grandes compañías están más conscientes de esto y, por tal razón, invierten recursos económicos para protegerlos de todo tipo de amenazas, la mayoría de las pequeñas y medianas empresas no le dan mucha importancia al tema, bien sea porque lo consideran un “gasto innecesario” o porque simplemente -‑aunque parezca increíble- desconocen los riesgos.
Por ello, toda empresa, independientemente de su tamaño, organización y volumen de negocio, debería destinar un porcentaje de sus recursos (dinero y tiempo) en crear una estrategia con el fin de cubrir -por lo menos- los puntos más básicos relacionados con la seguridad de su información, así como también educar a sus empleados sobre los posibles riesgos y las consecuencias de no respetar las políticas de seguridad.
Bibliografía
Eduardo Briceño (http://bitelia.com/2012/10/consejos-seguridad-para-empresas)
Microsoft (http://www.microsoft.com/business/es-es/content/paginas/article.aspx?cbcid=323)