A lo largo del tiempo hemos estado conversando sobre temas de auditoría y su concepto moderno; formulamos unas 23 prácticas clave para el éxito de DevOps y analizamos cómo podríamos enfrentar mejor posibles situaciones negativas; tratamos DevOps en el contexto de Dev, QA, Ops, DevSecOps, establecimos la correlación que existe entre DevOps, ITIL y la transformación digital; planteamos algunos riesgos y oportunidades entre DevOps e ITIL®; y también sugerimos algunos acuerdos de nivel de servicio apropiados para DevOps.
Recordamos en estos artículos que la colaboración y la capacidad de resolver problemas están en primer lugar entre los rasgos que un equipo DevOps de éxito debe tener para solventar las siguientes, y no únicas, problemáticas: adaptación de la cultura corporativa; falta de competencia de los empleados; infraestructura heredada.
Aquí debemos considerar la relación natural existente entre las prácticas de Agile, DevOps y DevSecOps, e ITIL®, e incluso de la dirección de proyectos con un enfoque ágil. Según ITIL®, una práctica es conjunto de recursos organizativos diseñados para realizar un trabajo o lograr un objetivo. Los gurús de DevOps afirman que ITIL® y DevOps se complementan perfectamente, el primero aportando organización y control al dinamismo del segundo.
Es vital que la organización realice un análisis constante de cuán preparada está para el cambio así, como de su madurez para el cambio (empleando ITIL® o COBIT®, por ejemplo, como apoyo para el control y posterior auditoría) con el fin de lograr la confianza de los interesados al entregar los niveles de servicio acordados, y con el cumplimiento normativo, regulatorio y legal a los que está sujeta. Evidentemente, la organización debe entender cuán importante es institucionalizar el cambio (la constante del universo), para no correr el riesgo de retroceder, y actuar en consecuencia, creando una cultura generativa y de colaboración que aprende.
La OCDE señala que la productividad es el principal impulsor de los niveles de vida y consiste en “trabajar de forma más inteligente”, no en “trabajar más intensamente”. La simplicidad es el arte de maximizar la cantidad de trabajo que no se hace. Logros, no simple esfuerzo, es lo que las organizaciones buscan. ¿Cómo podríamos evidenciar esto?
Todo lo anterior, evidentemente, necesita ser auditado para garantizar el éxito en el entorno ágil de una organización. Las métricas son importantes y, por supuesto, la organización debe garantizar que sean de valor para el negocio, sobre todo en el actual entorno VUCA (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) que vivimos.
Profundizamos en este tema en este artículo que publiqué en LinkedIN.
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