Mi esposa y yo visitamos ayer una pareja amiga, un poco mayor que nosotros, que no veíamos hace tiempo, y durante la deliciosa velada uno de los temas de conversación que surgió fue, por la coyuntura, el de la educación actual.
Nuestro amigo recordaba sus días de colegio y cómo, a pesar de que las cosas en apariencia han cambiado, de que los colegios piden libros nuevos cada año, la información contenida en los libros no ha cambiado, no se ha actualizado, y su nieto aprende cosas que tienen más de 50 años de antigüedad. Nos recuerda cómo sus dos hijos menores regresaban del colegio y tenían que hacer la tarea de matemática encargada por el docente (o la docente, ya no incidí por la igualdad de género): resolver problemas. El problema era que en clase sólo se habían desarrollado, en el mejor de los casos, unos ejercicios. ¿Recuerdan cuando el docente sacaba a la pizarra un grupo de alumnos y hacía concurso para ver quién de ellos terminaba más rápido?
Bueno, ejercicios y problemas son cosas bien distintas[1]. Un ejercicio es una aplicación práctica de una fórmula o un algoritmo de cálculo; las cosas están predefinidas, las acciones son fijas, los resultados únicos. Sin embargo, para resolver un problema, nos recordaba mi amigo, se necesita planear la operación que se utilizará para, una vez realizada, obtener una solución. En general, esto no ha cambiado, pero nuestros educandos parece no utilizan este proceso –y, por costumbre, nuestros profesionales tampoco.
Bien, siendo un poco más académicos[2], un problema necesita ser entendido para definir un plan de cómo resolverlo, poner en práctica el plan, y finalmente comprobar los resultados. ¿Requeriré desarrollar un proyecto? ¿Tendré suficientes recursos y capacidades para enfrentar el reto o necesitaré apoyo? ¿Qué requisitos de calidad, de mejora continua o de seguridad de la información deberé considerar?
En otras palabras, necesitamos toda la información posible, saber en qué consiste el problema, qué conocemos para resolverlo, qué se requiere, cuáles son las condiciones en que se da, como mínimo; debemos establecer una estrategia de solución; llevar adelante el plan, comprobar que hemos alcanzado la solución –muchas veces creemos haber resuelto un problema y luego no es así, repetir el proceso si es necesario; establecer las lecciones aprendidas –cómo llegamos a la solución o por qué no, cuáles son las equivocaciones y cuáles los aciertos, cuál fue el proceso seguido, por ejemplo.
Debemos conocer pero, sobre todo, saber aprender[3]. Hay expertos que conocen los procesos pero un verdadero maestro es quien domina el proceso de aprender sobre un proceso. En general, el método de la analogía es buena, como base comparativa, pero hay que saber cuándo y cómo aplicarlo –por los paradigmas que seguramente tenemos arraigados y que enfrentamos (potencialmente limitativos) cuando aplicamos la filosofía del kaizen.
Usualmente enfrentamos los problemas buscando el qué debemos hacer para solucionarlos, y no consideramos que deberíamos preguntarnos qué necesitamos aprender. Realizamos ciertas acciones y esperamos que algo pase, o que aprendamos algo. ¿Qué aprendimos de pasos anteriores, qué resultados necesitamos lograr de los siguientes pasos? Puede ser difícil responder esto último ya que todos estamos condicionados a pensar en términos de elementos de acción, no de resultados[4]. ¿Se dieron cuenta del aspecto PDCA involucrado?
Tomamos información limitada, la extrapolamos en una falsa comprensión total y ofrecemos un diagnóstico y tratamiento[5]. Incorrecto el proceso. Debemos controlar nuestro ímpetu a tratar de saltar a una solución sin tener todo lo necesario para tomar decisiones informadas.
[1] Fuente: http://soymatematicas.com/resolver-problemas-de-matematicas/; disponible en dic/2016
[2] Fuente: http://www.portaleducativo.net/tercero-basico/567/Como-resolver-problemas-matematicos; disponible en dic/2016
[3] Fuente: http://theleanthinker.com/2010/04/12/knowing-vs-knowing-how-to-learn/; disponible en dic/2016
[4] Fuente: http://theleanthinker.com/2016/07/07/the-improvement-kata-next-step-and-expected-result/; disponible en dic/2016
[5] Fuente: http://theleanthinker.com/2016/11/12/its-what-must-we-learn-not-what-should-we-do/; disponible en dic/2016