Sabemos que cada cuerpo de conocimiento tiene su enfoque específico, su optimización localizada, y, por lo tanto, no es suficiente por sí solo, además de posiblemente generar inconsistencias y complicaciones de integración con otros cuerpos de conocimiento.
Existen varios marcos de trabajo ágiles, algunos considerados prescriptivos y unos más que otros, con mucha terminología y variada, además. Algunos son apropiados para múltiples equipos trabajando en proyectos de gran escala, otros al revés, pero todos abordan una clase específica de problemas, que enfrentan los equipos ágiles. Las buenas prácticas propuestas por estos marcos de trabajo ágiles usualmente trabajan bien bajo ciertas circunstancias y contextos, pero no en todos.
La historia nos dice que es esencial tener y empezar con una mentalidad ágil (ser ágil) pero también es indispensable tener las habilidades necesarias para “hacer ágil”, y la experiencia para “hacer ágil a la empresa”. Pero la agilidad empresarial requiere verdadera agilidad en toda nuestra organización, no solo en el desarrollo de software, no solo en DevOps y no solo en TI. La verdadera agilidad empresarial proviene de la libertad, no de los marcos de trabajo.
Al adoptar un método o marco de referencia ágil, la organización experimenta al principio una disminución en la efectividad. Esta disminución se debe a que se está aprendiendo una nueva forma de trabajar, se está invirtiendo tiempo en la capacitación, y las personas están aprendiendo nuevas técnicas. Con el tiempo, la efectividad aumenta, incluso mejora, pero eventualmente se estabiliza a medida que el equipo encaja en su nueva forma de trabajar y, sin un esfuerzo concertado para progresar, la efectividad del equipo se estanca.
Con el objetivo de garantizar el éxito de nuestras iniciativas, es evidente que se necesita ser disciplinado en la adopción de nuevas formas de trabajar (WoW) y adaptarnos en consecuencia, conforme se necesita.
Disciplina no es miedo, ni micro gestión, tampoco autoritarismo. Disciplina es un valor que se expresa diariamente; es el puente entre las metas y los logros. Disciplina es un valor requerido en Agile.
Ser disciplinado es hacer las cosas que sabemos que resultan buenas, que generalmente requieren trabajo duro (coordinado, ordenado, sistemático) y perseverancia (constancia, siguiendo un conjunto de reglas y normas estrictas). Es hacer las cosas porque importan, que sabemos debemos hacer, incluso si no queremos hacerlo. Requiere compromiso, enfoque, autocontrol, fuerza de voluntad. Por ejemplo, se requiere disciplina para ser puntual en nuestras reuniones diarias, para deleitar constantemente a nuestros clientes, para reconocer que necesitamos adaptar nuestra forma de trabajar al contexto que enfrentamos.
En el siguiente artículo que he publicado en LinkedIN ahondamos sobre la propuesta ágil del PMI®: Disciplined Agile® (DA™), el cómo ser ágil.
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