El negocio digital representará un promedio del 36% de los ingresos totales de una empresa para 2020
En un artículo previo de nuestro blog tratamos este tema.
A estas alturas la definición parece haberse asentado.
En un artículo de Enterprisers Project, nos dicen que “La transformación digital es la integración de la tecnología digital en todas las áreas de una empresa, cambiando fundamentalmente la forma en que opera y brinda valor a los clientes. También es un cambio cultural que requiere que las organizaciones desafíen constantemente el statu quo, experimenten y se sientan cómodas con el fracaso”.
Suena bien, lo de integración, para la generación de valor.
Complicado, sin embargo, alcanzar el cambio cultural requerido y necesario [tal vez esto sea lo primero en lo que debamos concentrarnos].
¿Necesitamos un motivo?
Pero, antes que nada, deberíamos sustentar el motivo o la necesidad de realizar una transformación digital, estableciendo claramente los resultados que el negocio espera y cómo se alcanzarán, así como los criterios para verificar y validar estos resultados.
O, simplemente, tendremos más problemas que resultados.
Entre otros aspectos, son gravitantes para el éxito de una iniciativa de transformación digital, los siguientes:
- Experiencia del usuario [marketing, omni-canales, visión], lo que implica, primero, tener conocimiento del usuario [o público objetivo, que siempre desea una experiencia sin problemas, y una alta personalización de lo que recibe –un prosumidor]
- Auto-conocimiento –y no negar la realidad, adopción y adaptación al cambio.
- Transformación del negocio [jerarquía cultural de necesidades], no únicamente optimización
- Liderazgo -no Tecnología [estrategia digital]. La posición de mercado y la ambición de la compañía deben articularse claramente antes de considerar la tecnología. La tecnología es el habilitador, no el diferenciador
- La siempre vigente confiabilidad [eliminando ineficiencias en el desarrollo de software], agilidad [testing automatizado], y flexibilidad [procesos –automatizado- de despliegue e implementación]
- Mejora continua [mientras y hasta cuando sea posible], innovación [apenas sea posible]
- Tendencias como IoT, búsqueda por voz, movilidad, ubicuidad, ‘always online’, ‘modo play’, algoritmos (¿IA?), economía colaborativa, entre otras
- Habilitar a la fuerza de trabajo [formación, herramientas, cambiar conjuntos de habilidades y adoptar una cultura de colaboración, donde las personas comparten ideas y comparten conocimientos]
- Ser rápido es más importante que ser perfecto; en la misma línea, lo perfecto es enemigo de lo bueno
- Ciberseguridad
- Gestionar el rendimiento
- La agilidad y flexibilidad que ofrece el microservicio
- Cómputo sin servidor
- Ecosistema digital [tecnología, gente, canales, estrategia]
A la acción
Así, si la necesita, no demore en tomar acción y, además de lo anteriormente señalado, es conveniente:
- Comenzar con un objetivo claramente definido –
- Estimar los riesgos
- La gestión del cambio NO ESTÁ “al margen” de los directivos
- Olvidar el pensamiento heredado si vamos a trabajar con herramientas digitales
- Recordar que la transformación digital NO es solo un cambio tecnológico
- Se trata de transformar, cambiar; no deba asumir que los esfuerzos de desarrollo anteriores se ajustan a un negocio digital
- Empezar a identificar, buscar, completar las habilidades / recursos necesarios
- Hacer las cosas poco a poco, de pequeño a grande, no morder más de lo que se pueda masticar –pero considerando que no debería considerar una adaptación parcial
- Tener presente [siempre] que no hay una “forma correcta” de abordar el tema que sea uniforme para toda empresa.
- No subestimar el “proceso” –no tenga prisa [puede ser contra productivo precipitarse]
- Considerar que no se trata de un proyecto más [no cometa ese error]
Recordemos
No esperar que los clientes lleguen a uno.
No negar la realidad [tenga en cuenta todas las dimensiones de la compañía].
Incluir a todos en la compañía.
No es solamente un ‘proyecto de TI’ -más.
Considere expertos en el tema.